La presidenta puso al país como ejemplo de “comprensión” y criticó al pastor estadounidense que amenazó con quemar el Corán.
La presidenta Cristina Fernández consideró una “provocación” la advertencia del pastor evangélico Terry Jones, quien había amenazado con quemar un ejemplar del Corán, el libro sagrado del Islam. “Nadie me ha podido mostrar una línea, ni en el Corán, ni en la Torá, ni en la Biblia, en la que me obliguen a matar al otro en el nombre de Dios. Ninguno de los credos puede impulsar enfrentamientos contra otras religiones. No existen los dioses blindados. Dios es misericordioso y quiere la paz entre los hombres de todas las razas, credos y religiones”, dijo Cristina durante su visita al Centro Islámico de la Argentina.
La presidenta llegó a esa sede, ubicada en la Avenida San Juan al 3000, para compartir con los fieles de la religión musulmana la celebración por el fin del mes sagrado de ayuno del Ramadán. Lo hizo acompañada por Héctor Timerman, el primer canciller argentino de religión judía; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el titular de Cascos Blancos de la Cancillería, Gabriel Fuks. Tras un breve discurso, la presidenta compartió el tradicional banquete de caridad, llamado Eid al-Fitr, con el que los creyentes en el Islam rompen el ayuno de Ramadán.
“Quiero agradecer a Dios poder vivir en un país en el cual la presidenta de ese país, que no es de religión islámica, pueda estar aquí y el otro día celebrar el año nuevo judío con representantes de esa comunidad”, dijo. Luego se refirió a las polémicas declaraciones del pastor evangélico.
Tras poner a la Argentina como ejemplo de “convivencia y comprensión” entre los distintos cultos, Cristina criticó al mediático pastor estadounidense. A cargo de una pequeña iglesia del Estado de Florida –el templo Dove World Outreach Center–, Jones saltó a la fama al prometer que quemaría ejemplares del Corán, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas. Luego se desdijo, pero sus declaraciones ya habían indignado a todo el mundo islámico: ya se escuchaban advertencias sobre posibles represalias antiestadounidenses. Cristina lamentó “la amenaza ridícula de quemar Coranes” y festejó que se haya cancelado la medida. “Afortunadamente pudo primar más la cordura, el respeto y el deseo de no convocar a los demonios. Alguien lo convenció (al pastor Jones) de que no lo hiciera, tal vez el mismo que lo mandó a hacer eso”,
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