El presidente del bloque oficialista porteño, Cristian Ritondo, aseguró que en ese lugar están los aparatos de escuchas de la Policía Federal y de la SIDE. La estrategia del PRO es desviar la atención sobre la red de espionaje.
El PRO decidió revertir la adversidad que enfrenta dentro de la Comisión Investigadora Especial de la Legislatura Porteña con una ofensiva mediática. Este viernes, el bloque del macrismo denunció la presunta conexión entre Aníbal Ibarra y Ciro Gerardo James por un permiso que el gobierno porteño concedió en 2002 al ex espía para instalar un locutorio dentro del Parque de la Ciudad, ubicado en el barrio de Lugano. Según el presidente del bloque oficialista, Cristian Ritondo, en ese predio “están los aparatos de escuchas de la Policía Federal Argentina y de la Secretaría de Inteligencia del Estado”. La denuncia fue formulada por el jefe de la bancada macrista durante la sexta reunión de la Comisión que deberá definir antes del 15 de diciembre la responsabilidad del jefe de gobierno Mauricio Macri en el escándalo de las escuchas ilegales, a pocos días de que comience el desfile de funcionarios ante el organismo compuesto por 17 diputados.
Con sólo cinco miembros macristas dentro de ese cuerpo, la ofensiva del PRO buscó equilibrar esa desventaja con una denuncia que el ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra consideró como una “operación de cuarta articulada por Ritondo y por el ex jefe de la SIDE durante el menemismo Miguel Ángel Toma”.
Según la documentación que el PRO distribuyó en la Comisión y que luego repartió a la prensa, el 6 de septiembre de 2002 el arquitecto Jorge Giberti, entonces director de Espacios Públicos de la Ciudad, le entregó un permiso a James para la “ocupación, uso y explotación” de una parcela del sector “carnaval” del parque para la instalación del locutorio. Cuatro meses después, el mismo funcionario revocó el permiso, luego de que James informara que no conseguía las líneas telefónicas para instalar en esa zona. De acuerdo a la disposición 06/2003 del 7 de enero de ese año, Giberti consideró que James había demostrado “una imposibilidad de dar cumplimiento” a la construcción del locutorio, anuló el permiso y ordenó que todas las construcciones que hubiera realizado el concesionario pasaban al patrimonio del Estado.
Con ese elemento, Ritondo sostuvo que es llamativo que “una persona quiera poner un negocio supuestamente rentable para sólo ocho días al mes, ya que el Parque de la Ciudad estaba abierto sólo sábados y domingos”. En su denuncia, el ex ministro del Interior de Eduardo Duhalde destacó que también “llama la atención que el funcionario que le otorgó el locutorio a James fue el director general de Espacios Públicos, que dependía del entonces secretario de Medio Ambiente y Planeamiento Eduardo Epszteyn”, actual diputado del bloque Diálogo por Buenos Aires, la fuerza que integra junto a Aníbal Ibarra y Gabriela Alegre. “Queda claro que el único objetivo de Ibarra era otorgarle a James el permiso para ingresar al Parque donde están los aparatos de escuchas de la Policía Federal y la SIDE.”
“Casualidad o no –sostiene el PRO–, el contrato a James se le revocó a fines de enero del 2003” y “a principios de febrero de 2003 James ingresa a trabajar a la Policía Federal, con todas las escuchas logradas durante cuatro meses, gracias a los oficios de Aníbal Ibarra”. De acuerdo al macrismo se trata de un cúmulo de “casualidades” que indican que “James tenía 29 años pero ya era un experto de inteligencia del Ejército argentino”.
“En 2003 hubo una rescisión de la concesión. James volvió a aparecer en 2005, como parte de la empresa de seguridad Lyon SRL y recibió la habilitación como empresa de seguridad privada de parte del gobierno de la ciudad. Ese mismo año se sustanció el juicio político por la tragedia de Cromañón”, disparó el legislador Martín Borrelli durante la conferencia de prensa que organizó al macrismo luego de la reunión de la comisión investigadora. Según Ritondo, ya en aquel entonces James trabajaba con el militar retirado Jorge Raúl Zenarruza, ex integrante del área de inteligencia, de operaciones y planeamiento del Ejército e hijo de un agente del Batallón 601. Ibarra y Epszteyn, luego de la conferencia, hicieron la suya y descalificaron todos los argumentos. Sin embargo, ni macristas ni ibarristas se refirieron al papel de la Policía Federal en el sistema de escuchas ilegales, un elemento que la Comisión Investigadora considera clave y del que nadie dice una palabra
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