La presidenta destacó la conectividad que la empresa permite en todo el país. En los próximos meses la flota recibirá 18 aeronaves más.
La presidenta Cristina Fernández defendió ayer la decisión adoptada por el gobierno nacional de retomar el manejo de Aerolíneas Argentinas, luego de la privatización en la década de 1990 que desembocó en el vaciamiento de la empresa, y pidió a los gremios y trabajadores garantizar la prestación del servicio.
La mandataria encabezó ayer un acto en el Aeroparque Metropolitano, donde se presentaron los dos primeros aviones Embraer 190 (E-190), de un total de 20, que fueron adquiridos por Aerolíneas Argentinas para renovar la flota de Austral. Se trata, explicó Cristina, de “la adquisición más importante de la navegación aerocomercial de la República Argentina” y agradeció al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva “la buena voluntad puesta para viabilizar el financiamiento” de la operación.
La presidenta destacó la decisión de retomar el manejo de la aerolínea de bandera a través de un proyecto de ley enviado al Congreso y enfatizó que, de no haber avanzado el gobierno en ese sentido, tras la quiebra del Grupo Marsans, “hoy estaríamos desconectados, salvo en los destinos más rentables”.
Del acto participaron el presidente de Aerolíneas, Mariano Recalde, y los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido, y de Interior, Florencio Randazzo. La jefa de Estado se mostró conforme también con el plan de inversión presentado por la compañía que prevé salir de la actual situación deficitaria en los próximos años, al tiempo que enfatizó que el desempeño de Aerolíneas-Austral “no sólo puede ser medido por los resultados económicos” sino por el nivel de conectividad que presta a nivel nacional.
Ante un auditorio compuesto mayoritariamente por personal de la línea de bandera, Cristina indicó además que “el servicio no puede ni debe ser interrumpido por ninguna causa que no sea un problema técnico” y recordó que en la década de 1990 “uno de los principales ejes de la privatización fue el déficit en la prestación del servicio, la mala prestación del mismo”.
En el caso de Aerolíneas Argentinas, al igual que en Aguas Argentinas, “la privatización tuvo efectos devastadores”, sentenció la presidenta.
En directo mensaje a los gremios aeronáuticos, la mandataria agregó: “Un servicio público, como Aerolíneas o el agua, no puede ser paralizado” para que las consecuencias “no las pague el usuario y a la larga las terminan pagando los trabajadores y el país”. “Este plan de negocios y desarrollo que iniciamos en Aerolíneas debe ser acompañado a fondo por sus trabajadores”, resaltó
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